Es bajo esta idea inicial en la que nos apoyamos a la hora de decidir empezar a aplicar, emplear, desarrollar esta nueva forma de mirar las cosas. Una forma en la que nada es casualidad, hablemos pues de causalidad.
Las personas en la actualidad tenemos la tendencia a asegurar que las cosas que nos pasan en la vida son resultado de nuestras propias decisiones, ya que no estamos expuestos a nada, ni a nadie que modifique estas decisiones y por consecuente nuestras ideas y comportamientos. Esta idea es falsa.
El continuo espacio tiempo en la vida de las personas es producto de todas estas decisiones personales sumadas a las decisiones que toman otras personas por nosotros desde sus oficinas pintadas de color blanco hueso. La clave de esas cuestiones reside en determinar hasta que punto y en que grado las decisiones de otras personas que nada tienen que ver con nosotros nos influyen en la vida.
Seguir preguntado los "¿por qués?". Estas preguntas nos ampliaran la vista sobre aquellos agentes que deciden por nosotros, y nos permitirán en la medida de lo posible hacer caso omiso de sus criterios y tomar nuestras decisiones; ser libres.
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