domingo, 29 de enero de 2012

Crisis del Estado del Bienestar


Resumen
Ponente: Enrique Alonso Benito
Profesor de Sociología del trabajo, Universidad Complutense de Madrid
LA CRISIS DEL ESTADO DEL BIENESTAR
Ubicamos este hecho en los últimos 30 años. Según la exposición, las reglas básicas de nuestra economía han variado mucho, lo que ha supuesto una modificación de prácticamente todas las políticas llevadas a cabo por el Estado. James O´Conor ya denunciaba
la crisis del estado del bienestar y su relación directa con las variaciones en la economía.
Uno de los principales desajustes se centra en la amplia gama de tareas desempeñadas por el Estado pero su baja financiación. A raíz de esto surge una crítica al sistema estatal en el sentido de que estas políticas fallan y prácticamente no se emplean, debido a su baja financiación.
“Los políticos hacen políticas para ganar las elecciones”, Schumpetter.
Esto se da durante 30 años hasta la segunda crisis del petróleo. Es en este punto donde realmente se ataca al funcionamiento del Estado del bienestar y se fomenta una economía de mercado como solvente (vuelta a los clásicos, neoliberales).
Esta vuelta no termina de funcionar ya que se aprecia que el Estado sigue interviniendo de manera activa en la economía e influye en gran medida en el ciclo de negocios. Se da tras la guerra el “Pacto social de postguerra” y en los años 90 se reconstruye el Estado del bienestar.
àTendencias de la intervención del Estado
Focalización: Sus políticas sociales no van apoyadas en la universalidad (todo el mundo tiene derecho a la ciudadanía), sino van enfocadas a minorías de riesgo (lo público es para aquellos que no pueden desenvolverse en el mercado). Esto provoca en parte una estigmatización del hecho de acudir a lo público. Una estigmatización fundamentada en la calidad de vida de familias, en sus bajas rentas, su clase social, sus limitaciones a nivel de mercado, etc. Realmente el Estado ofrece servicios imprescindibles para todos y cada uno de los ciudadanos y sin los cuales no se puede vivir. Por tanto, el hecho de un mercado regulando en otro sentido dichos servicios, nos hace adoptar una mirada reacia a los servicios públicos. ¿Es realmente lo privado mejor que lo público? ¿Por el hecho de tener que pagar lo hace mejor? Y es aquí donde entra el tema de los impuestos. Realmente los médicos del servicio público de sanidad no trabajan por amor a la humanidad, los propios ciudadanos pagan esos servicios. Pero, ¿Son estos ciudadanos que pagan con parte de sus sueldos los que se ven beneficiados por estos servicios públicos? Una vez más se enfocan única y exclusivamente a esas minorías de riesgo, aquellos que no ofrecen parte de su renta al Estado porque no disponen de ella. Aquí aparece un debate importante en cuanto a las políticas sociales llevadas a cabo por el Estado y esta tendencia de focalización.
Localización el Estado del bienestar: Pierde el carácter estatal y se pone en funcionamiento a nivel más localizado. Pasamos de llevar a cabo políticas sociales como leyes reguladores de aspectos concretos en todo el Estado y se fomentan más las tareas especializadas de otros organismos, tales como comunidades autónomas, a nivel provincial y municipal. En la actualidad podemos observar este hecho en España. El Estado ha descargado gran parte de sus tareas fundamentalmente en los organismos autonómicos y estos a su vez en los municipios. Las políticas de empleos en los últimos años se están haciendo a nivel local (municipal). Uno de los problemas más importantes  al haber una diferenciación del territorio es que localidades más ricas pueden llevar a cabo mejores políticas sociales.
Desformalización: El funcionamiento de las agencias pierde en parte su carácter formal. Ya no se ven tan reguladas por las normas propias de un funcionamiento burocrático. Pueden funcionar en variación de diversos factores tales como el territorio, el tamaño de la agencia, etc. Uno de los ejemplos más claros es la introducción del tercer sector (ONGs) como una fuerza latente en el movimiento social. Si nos damos cuenta solo en asuntos de carácter social se admite voluntariado mientras que en otros sectores, tales como el financiero, no se da este caso.
Proceso de mercantilización: En teoría el Estado tiene que alejarse del mercado. Hoy en día vemos que lo privado entra en juego en el Estado para satisfacer las necesidades de lo público. Un claro ejemplo es cuando se llevan a cabo obras públicas, ya sea de reconstrucción de infraestructura o de carácter urbanista, calles, edificios públicos, etc., el Estado contrata a empresas privadas para la realización de estas tareas, ya que no disponen de un grupo especializado en estas tareas. Estas empresas también a su vez subcontratan a diversas empresas cada una especializada en una función necesaria para completar las obras publicas.
Individualización: Aquí se genera de nuevo el debate que previamente habíamos planteado. ¿Está nuestro dinero realmente seguro en más de lo público que en el ámbito privado? Este sentimiento es propio de ciclos de fomento de una cultura individualista y centrada en el flujo de nuestro dinero en el ámbito privado (propio del sistema capitalista).
àReflexiones
No todos los modelos de capitalismo son iguales. Los más regulados tienen mayor redistribución.
Un conflicto que surge es en el uso que se le da al Estado del bienestar por parte de los jóvenes. Una frase en Francia tras la exposición de esta idea fue, “Francia maltrata a sus jóvenes”. Por un lado se plantea una generación de personas jóvenes que se aprovechan del Estado en el sentido de que no aportan nada para su preservación, ni su mejoría y se dedican a “sobrevivir” de lo que el Estado les proporciona. Por otro lado se plantea el hecho de que los jóvenes son el producto propio del Estado ya que se han formado en función de las posibilidades que da el Estado del bienestar. En ese sentido los países más avanzados y desarrollados en lo que al Estado del bienestar se refiere son los países nórdicos.

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