Resumen
Ponente: Enrique Alonso
Benito
Profesor de Sociología
del trabajo, Universidad Complutense de Madrid
LA CRISIS DEL ESTADO DEL
BIENESTAR
Ubicamos
este hecho en los últimos 30 años. Según la exposición, las reglas básicas de
nuestra economía han variado mucho, lo que ha supuesto una modificación de
prácticamente todas las políticas llevadas a cabo por el Estado. James O´Conor
ya denunciaba
la crisis del estado del bienestar y su relación directa con las variaciones en la economía.
la crisis del estado del bienestar y su relación directa con las variaciones en la economía.
Uno
de los principales desajustes se centra en la amplia gama de tareas
desempeñadas por el Estado pero su baja financiación. A raíz de esto surge una
crítica al sistema estatal en el sentido de que estas políticas fallan y prácticamente
no se emplean, debido a su baja financiación.
“Los
políticos hacen políticas para ganar las elecciones”, Schumpetter.
Esto
se da durante 30 años hasta la segunda crisis del petróleo. Es en este punto
donde realmente se ataca al funcionamiento del Estado del bienestar y se
fomenta una economía de mercado como solvente (vuelta a los clásicos,
neoliberales).
Esta
vuelta no termina de funcionar ya que se aprecia que el Estado sigue
interviniendo de manera activa en la economía e influye en gran medida en el
ciclo de negocios. Se da tras la guerra el “Pacto social de postguerra” y en
los años 90 se reconstruye el Estado del bienestar.
àTendencias de la intervención del
Estado
Focalización: Sus políticas sociales no van
apoyadas en la universalidad (todo el mundo tiene derecho a la ciudadanía),
sino van enfocadas a minorías de riesgo (lo público es para aquellos que no
pueden desenvolverse en el mercado). Esto provoca en parte una estigmatización
del hecho de acudir a lo público. Una estigmatización fundamentada en la
calidad de vida de familias, en sus bajas rentas, su clase social, sus
limitaciones a nivel de mercado, etc. Realmente el Estado ofrece servicios
imprescindibles para todos y cada uno de los ciudadanos y sin los cuales no se
puede vivir. Por tanto, el hecho de un mercado regulando en otro sentido dichos
servicios, nos hace adoptar una mirada reacia a los servicios públicos. ¿Es
realmente lo privado mejor que lo público? ¿Por el hecho de tener que pagar lo
hace mejor? Y es aquí donde entra el tema de los impuestos. Realmente los
médicos del servicio público de sanidad no trabajan por amor a la humanidad,
los propios ciudadanos pagan esos servicios. Pero, ¿Son estos ciudadanos que
pagan con parte de sus sueldos los que se ven beneficiados por estos servicios
públicos? Una vez más se enfocan única y exclusivamente a esas minorías de
riesgo, aquellos que no ofrecen parte de su renta al Estado porque no disponen
de ella. Aquí aparece un debate importante en cuanto a las políticas sociales
llevadas a cabo por el Estado y esta tendencia de focalización.
Localización el Estado
del bienestar: Pierde
el carácter estatal y se pone en funcionamiento a nivel más localizado. Pasamos
de llevar a cabo políticas sociales como leyes reguladores de aspectos concretos
en todo el Estado y se fomentan más las tareas especializadas de otros
organismos, tales como comunidades autónomas, a nivel provincial y municipal.
En la actualidad podemos observar este hecho en España. El Estado ha descargado
gran parte de sus tareas fundamentalmente en los organismos autonómicos y estos
a su vez en los municipios. Las políticas de empleos en los últimos años se
están haciendo a nivel local (municipal). Uno de los problemas más importantes al haber una diferenciación del territorio es
que localidades más ricas pueden llevar a cabo mejores políticas sociales.
Desformalización: El funcionamiento de las agencias
pierde en parte su carácter formal. Ya no se ven tan reguladas por las normas
propias de un funcionamiento burocrático. Pueden funcionar en variación de
diversos factores tales como el territorio, el tamaño de la agencia, etc. Uno
de los ejemplos más claros es la introducción del tercer sector (ONGs) como una
fuerza latente en el movimiento social. Si nos damos cuenta solo en asuntos de
carácter social se admite voluntariado mientras que en otros sectores, tales
como el financiero, no se da este caso.
Proceso de
mercantilización: En
teoría el Estado tiene que alejarse del mercado. Hoy en día vemos que lo
privado entra en juego en el Estado para satisfacer las necesidades de lo
público. Un claro ejemplo es cuando se llevan a cabo obras públicas, ya sea de
reconstrucción de infraestructura o de carácter urbanista, calles, edificios
públicos, etc., el Estado contrata a empresas privadas para la realización de
estas tareas, ya que no disponen de un grupo especializado en estas tareas.
Estas empresas también a su vez subcontratan a diversas empresas cada una
especializada en una función necesaria para completar las obras publicas.
Individualización: Aquí se genera de nuevo el debate que
previamente habíamos planteado. ¿Está nuestro dinero realmente seguro en más de
lo público que en el ámbito privado? Este sentimiento es propio de ciclos de
fomento de una cultura individualista y centrada en el flujo de nuestro dinero
en el ámbito privado (propio del sistema capitalista).
àReflexiones
No
todos los modelos de capitalismo son iguales. Los más regulados tienen mayor
redistribución.
Un
conflicto que surge es en el uso que se le da al Estado del bienestar por parte
de los jóvenes. Una frase en Francia tras la exposición de esta idea fue,
“Francia maltrata a sus jóvenes”. Por un lado se plantea una generación de
personas jóvenes que se aprovechan del Estado en el sentido de que no aportan nada
para su preservación, ni su mejoría y se dedican a “sobrevivir” de lo que el
Estado les proporciona. Por otro lado se plantea el hecho de que los jóvenes
son el producto propio del Estado ya que se han formado en función de las
posibilidades que da el Estado del bienestar. En ese sentido los países más
avanzados y desarrollados en lo que al Estado del bienestar se refiere son los
países nórdicos.
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